miércoles, 13 de junio de 2018

Dónde está el after?

Dónde está el after?
Eso mismo preguntó
mi pequeña Patty 
a la rubísima Topacio Fresh
cuando, a las escasas, cinco y media
nos echaban del festival Paraíso
y nos dirigíamos 
todos como zombis 
a un destino incierto.
Madrid es aburrida
por mucha Carmena y mucha movida.
Por lo menos, 
debían haber esperado 
a que abriese el metro. 
Pasé de droga
y, por supuesto,
pasé de after
sabía que lo bueno ya terminó
y lo único que continuaba
era dar cabezazos 
y bailar en un pasillo.
Ya estoy mayor para esas cosas.
Paraíso Festival ha sido la primera edición 
de lo que podríamos llamar 
un Sónar en pañales madrileño
( el director del festival es el cofundador del mítico y exitoso FIB)
Por supuesto, queda mucho por mejorar
pero me gustó la organización y la localización
la bienvenida fue cómoda y sin infinitas colas
el personal amable y educado
al final, no terminó de llover
 poca masificación y hamburguesas como las que siempre has soñado
zumos de tomate y wasabi, pera con no sé qué y limón con jengibre
(gustazo para los que no bebemos en demasía)
barras en las que pedir te llevaba no más de cinco minutos
pulseras inteligentes que no daban problemas
una zona de juegos ideales 
con vuelta al pasado y al futuro
áreas de descanso
para que el festival durase 48 horas non stop
y nunca saliésemos de allí.
Un Paraíso
si no fuera
porque cortaron el agua
y la música demasiado pronto.
Voy con mi ranking de artistas:
GusGus 
Tras un decepcionante Apparat
{acabo de leer algunas crónicas y creo que no son muy reales:
el sonido era nefasto, él estaba agobiado y frustrado, empezó con un retraso del copón y el set duró unos cincuenta penosos minutos
Conclusión > lo mejor: el temazo de Carl Craig
para todo lo demás: sal en cuanto puedas }
Pues después de este sufrimiento, 
uno de los grupos a los que más ganas les tenía.
No defraudaron
Crossfade
Daniel Agust se convirtió por momentos 
en Dave Gahan
con palmas y algunos movimientos aflamencaos
Fueron un poco duros y rasposos
gélidos y ardientes
justo para equilibrar con lo que acontecía después
Islandeses
igualmente
 preciosistas
suaves y potentes
dulces, enigmáticos
con un sonido súper potencial que acariciaba el alma.
Después de este ejercicio
casi místico
de poesía electrónica
escuchamos
a lo lejos
el súper tema de Josh Wink a manos de DJ Tennis
que ha sido y será
de esos temas clásicos
siempre bienvenidos y siempre magistrales
con el que cerramos el viernes
Floating Points
con su ecléctica mezcla de sonidos,
puso el anochecer patas arriba
acid, sonidos blade runner y mucha crema.
La noche no podía comenzar mejor.
O lo que llamaríamos 
el hacedor de músicas del mundo 
con toques de sacerdocio electrónico 
y una puesta en escena muy superior
( y eso que su actuación seguía a Roisin Murphy 
aburrida espectacularmente)
El escenario del fondo, 
perdido entre el bosque Manifiesto
se convirtió en una discoteca setentera
gracias al house de ❤ DJ Hunee 
que le hizo a más de uno
 atragantarse con el M
Guy Gerber
Y su magnífica conexión con el espectador
ansioso de baile y techno.
Por sus temazos.
Por sus cinco minutos que alargaron el éxtasis.
Porque puso a todo el mundo patas arriba con su energía.
Por este cierre

La decisión de ilustrar este post con fotos de la expo Músicas en la Antigüedad 
ha sido muy acertada
ya que pienso
tenéis millones de fotos relatando 
en las redes sociales 
el festival 
además
¿imagináis que
 dentro de tres mil años 
ocurra lo mismo 
con nuestra moderna música electrónica?

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